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Bodas

La entrada a la iglesia en tres actos: ¿quién va dónde y cuándo?

Primer acto: llegan los novios. Segundo acto: los invitados aguardan en sus bancas, volteados hacia la puerta de la iglesia. Tercer acto: entran los protagonistas y todo su séquito. ¿Cómo se llama la obra? ¡Exacto! "La entrada a la iglesia".

Alejandro Sánchez Aldana Fotografía

La fecha señalada en las invitaciones de boda llegó y están a punto de vivir uno de los momentos más emotivos: la entrada de los novios a la iglesia. Los invitados, además del vestido de novia, descubrirán el color del ramo de novia y los estilismos que eligieron para caminar al altar. Pero, ¿cómo se organiza la entrada de los novios, los padrinos y todo el cortejo?

Antes de comenzar con la lluvia de ideas sobre cómo entrar a la iglesia, es muy importante que le pregunten al sacerdote sobre la flexibilidad de que disponen para organizar su entrada libremente. Imagínense que tienen todo preparado y en el último momento les dicen que no es posible, porque no es como dicta el protocolo tradicional. Les ayudamos a planear la obra en tres sencillos actos para que tengan una entrada digna de película.

Primer acto: la llegada a la iglesia

Olivier & Julia

Regularmente, el novio y los familiares llegan primero para esperar a la novia, quien se une más tarde junto con la persona que la acompañe en su trayecto a la iglesia. Otra opción es que los novios lleguen juntos en el mismo coche de boda y esperen junto con el resto del cortejo nupcial las indicaciones para iniciar su recorrido hacia el altar.

Llegar juntos o por separado no solo implica medir bien los tiempos, sino también considerar que tendrán que emplear uno o dos vehículos para la llegada triunfal de ambos. Se da por supuesto que, si comparten auto de boda, queda descartada la sorpresa de verse por primera vez ante el altar. ¿O ya disfrutaron de su sesión de first look?

Sea cual sea la opción que decidan, es recomendable que todos los miembros del cortejo estén presentes por lo menos 15 minutos antes de iniciar la ceremonia para que tomen sus respectivas posiciones. Avisen con tiempo a los padrinos, damas, best men y a los papás de los pajecitos para que todos estén listos con sus vestidos elegantes para fiesta. ¡Y que nadie olvide los recuerdos de iglesia para boda en casa!

Si se preguntan cuándo se ven los novios, consideren que lo más apropiado es que el novio espere hasta la llegada de la novia, si es que no llegarán juntos. Después del recibimiento, un romántico cruce de miradas o un discreto beso (al menos en la mejilla, si guardarán meticulosamente las tradiciones) y el júbilo de los asistentes, es tiempo de empezar a entrar. 

Segundo acto: el reparto de los asientos

Raul & Mariela

Antes de que entre el cortejo nupcial, tendrán que tomar lugar el resto de los invitados. Tradicionalmente, los de la novia se sientan del lado izquierdo, viendo de frente hacia el altar y los del novio, en el derecho. 

Para el cortejo nupcial tendrán que reservarse las primeras filas de asientos. Este colectivo lo integran los novios, los padres, padrinos y madrinas, damas de honor, best men, pajes y el sacerdote. Es muy importante que la formación se organice con suficiente anticipación y conozca cuál es el orden y entrada de la iglesia para que todos tengan claro su lugar desde el primer momento.

Frente al altar se colocan las dos butacas especiales para los novios. Y también hay parejas que quieren que sus padres los acompañen de cerca y optan por colocar unas sillas a sus costados. Si los papás no tomaron un lugar junto a los novios, su sitio estará en las primeras bancas, junto a los padrinos y madrinas. Les seguirán las damas de honor, best men y pajes. A continuación, tomarán asiento los abuelos, hermanos, familiares directos y así se van acomodando el resto de los invitados en el lado que les corresponda.

Recuerden que esto es el protocolo tradicional; sin embargo, todo se puede modificar de acuerdo a los gustos y preferencias de los novios. Así que si ustedes prefieren mezclar a sus invitados o que personas que no son de la familia ocupen las primeras bancas, siéntanse libres de hacer los ajustes que consideren necesarios.

Tercer acto: el camino hacia el altar

Gera Juarez

Una vez que los invitados ingresaron a la iglesia, el sacerdote, quien encabeza el cortejo, es el primero en entrar. Luego siguen el novio y su madre o quien él haya escogido para acompañarlo al altar. Si hay pajes, son ellos los que acceden después al templo, salvo que convengan que su función sea la de arrojar pétalos de las flores para boda o acercar al altar algunas de las piezas importantes del ajuar, caso en el cual podrían pasar antes incluso del novio.

Si el novio entrará con su madre y la novia con su padre, está la opción de que el padre del novio y la madre de la novia sean los siguientes en entrar. Les seguirán el resto de padrinos, madrinas, damas de honor y best men. Finalmente, entran la prometida y su padre o la persona que llevará a la novia al altar. En caso de que se designe que alguno de los pajes sostenga la cola del vestido, este o estos entrarán al último.

En la actualidad, esto no tiene que ser una regla. Hay novios que deciden entrar juntos a la iglesia y también novias que prefieren caminar solas con su vestido de novia corte princesa o acompañadas tanto de su su padre como de su madre. Esto depende de ustedes y de cómo han soñado ese momento.

¿Y el ritmo de entrada?

La distancia en el acceso de los integrantes puede definirse en metros o conforme a intervalos de tiempo y a un ritmo coordinado. Por ejemplo, si se trata de grupos numerosos como los padrinos, las damas o los pajes, lo más común es que entren de dos en dos y que cada pareja guarde 2 o 3 metros de distancia respecto de la anterior. En cambio, para la entrada de los novios, lo más aconsejado es esperar a que estos lleguen al altar, antes de la entrada de alguien más.

Para afinar velocidad del paso y coordinarse bien, aprovechen bien el ensayo de la ceremonia. Improvisar es un arte y, por mucha logística que exista, hay múltiples situaciones que pueden suscitarse. Por este motivo, si no hay un organizador de boda, se puede elegir a una persona cercana para que lleve la batuta.

Así, tengan controlado quién puede recibir a los proveedores cuando lleguen a colocar los arreglos florales para boda. Nada de estar preocupándose por detalles cuando su mente debe concentrarse en los pensamientos de amor que se intercambiarán en los votos. Ya habrán tenido suficiente con los nervios del momento, por lo que disfruten plenamente su entrada triunfal y su camino hacia un nuevo capítulo en su historia de amor.