La boda de Anabell y Erika en Durango, Durango

Estando ahí antes de que llegara Anabell, me metieron en una especie de laberinto para que no la viera, y que ese momento de verla por primera vez con su vestido y cambiada fuera espectacular... y así fue, estábamos de espaldas las dos y dice el fotógrafo: “a la cuenta de 3 voltean al mismo tiempo”, y fue ahí donde no pude con mis lágrimas, fue demasiada la emoción en ese momento, porque siempre lo quisimos y siempre fue una ilusión mutua, y saber que por fin ese era el día fue mágico, ¡ella se veía hermosa!, y yo lloré como loca.

Continuamos con la sesión de fotos con algunas damas, ya que ese día para muchas fue una locura. Todo padrísimo con el fotógrafo.

De ahí nos fuimos al salón, a la fiesta y al ritual que quisimos hacer, ya que aquí en Durango aún no nos podemos casar legalmente (Cabe aclarar que aún está en proceso nuestro amparo). Llegamos al salón y esperamos que entraran unos invitados, y entonces hicimos nuestra entrada. El salón se veía mejor de lo que yo había esperado, ya que el evento queríamos que fuera en el área del jardín pero debido al clima loco que hay aquí, pues decidimos de último momento que fuera adentro en el salón. Se veía genial, ya que nuestra boda sólo fue para 150 personas y el salón tiene capacidad para 300, teníamos mucho miedo que se viera solo, pero la verdad el acomodo de las mesas se veía super bien.

Se llegó el momento del vals solas y fue genial, bailamos la canción ‘Hasta mi Final’ de Il Divo, la cual la interpretó un cantante de aquí de la ciudad espectacularmente. Enseguida el emotivo baile con nuestros papás, y de ahí siguió el ritual de dos frascos de arena, que nos representa a cada una, y un sólo frasco mas grande que representa la unión y nuestro hogar.

La boda fue mejor de lo que esperaba y lo que siempre soñé.