La boda de Luis y Janette en Monterrey, Nuevo León

La crónica de nuestra boda

¡Tal cual la soñe!

La verdad es que tenía muchas expectativas de mi boda, pero fueron superadas totalmente, no voy a decir que fue perfecta porque sí hubieron incidentes, pero fue maravillosa. Hicimos caso omiso a lo que nos pudo afectar y la disfrutamos al máximo.

Desde que me desperté, les cuento... hace 2 años y medio mi papá falleció, y era muy apegada a él. Entonces se imaginarán que andaba muy sentimental ese día, pero Luis mi ahora esposo hizo que todo lo que pasara ese día valiera la pena.

Desde que me desperte, comí chilaquiles amo los chilaquiles y obvio no podía dejar pasar ese almuerzo en mi día importante, Luis me envió flores y una carta que hizo que me pusiera más sentimental de lo que ya estaba. Y aún no me caía el veinte hasta que llegaron mis primas, una amiga y mi mamá a la casa para que nos maquillaran. De verdad, wow con Montse Ayala que fue la que me maquilló. Amé cada detalle de mi maquillaje, sin duda alguna fue la mejor decisión que pude haber tomado en escojerla a ella. Su staff igual, tuve 2 peinados, uno en la iglesia y uno en la recepción, que estuvieron intactos durante la ceremonia y la recepción. El maquillaje hasta el siguiente día lo tenia tambien intacto, gozé el momento en el que tuve el encuentro con Luis, tan guapo y tan feliz, sus lagrimas valieron la pena ya que él es cero expresivo. Lloré demasiado cuando entre al altar porque extrañaba mucho a mi papá, pero me dió fuerza y seguí adelante a continuar el sello de nuestro amor frente a Dios. En la salida hubo chisperos, en verdad que amé ese momento, y en la recepción, el recibimiento de nuestros invitados, los papelitos y los chisperos en el momento de nuestro vals (Siento tu amor y tan natural de Felipe Pelaez) hicieron que nuestro momento fuera mágico. El pastel, la comida, la música, los detalles, todo, en verdad que lo disfrutamos y más porque Luis no baila, entonces ese día irreconocible, no dejó de bailar en ningún momento. Amé ese día.