La boda de Omar y Elisa en Mazatlán, Sinaloa

Como tengo 4 años viviendo fuera de mi casa por motivos de trabajo (acá conocí a mi marido) para mí fue increíble pasar tiempo con mis papás, mi abuela, tíos que no siempre tengo oportunidad de ver, que mis amigas fueran llegando una a una e igual todas viven en lugares diferentes, entonces aparte de la emoción de la boda era la emoción de ver a todos los seres que amo en un mismo lugar.

Bueno, regresando al cuatro de mayo, que fue el día de nuestra boda. Las maquillistas llegaron y empezó el día que tanto imaginé, padrísimo, porque todo el proceso quedó grabado, el getting ready, mi mamá ayudándome con el vestido, mi hermanita poniéndome los accesorios, mi papi viéndome vestida de novia por primera vez, la bendición de mi abuela, esos momentos que se quedan en el corazón por siempre.

Nos quedamos en unos depas y mi novio y su familia estaba en otro, obvio ese día no nos vimos y todo su proceso también lo grabaron los fotógrafos, nos fuimos en carros diferentes al hotel donde iba a ser la recepción, porque tiene locaciones padrísimas. Fue el hotel Playa Mazatlán, por si les interesa, muy bien servicio y la comida, de verdad, increíble. Entonces, en unas grutas que tienen, fue el first look, yo iba super emocionada al ver la felicidad de mis papás y mis hermanos conmigo.

No, próximas novias, de verdad, no se preocupen por pequeños detalles, las cosas van a salir, lo importante es que disfruten al máximo. Allá estaba mi novio, ya de espaldas. En todo momento tuvimos a los fotógrafos con nosotros, y me explicaron cómo ibas estar. Yo caminando por un puente, rodeado de agua, y al llegar donde estaba mi novio, él se iba a voltear, y pues ya saben, no lloramos porque no somos tan sentimentales, pero ha sido una de las sonrisas más sinceras que le he visto. Me abrazó y besó, y no dejaba de decirme lo hermosa que me veía.

Ahí tuvimos una sesión rápida, solos, luego con nuestros papás, hermanos, ¡abuelas, divinas! Y ahora sí seguía lo bueno, la misa, la cual me encantó porque fue rápida y no tan formal, entonces nadie se aburrió ni se hizo monótona, y me encanto que la mayoría de los invitados asistieron. Después fue la ceremonia civil, a la orilla de la playa, divino, aparte no hacía tanto calor como me preocupaba, porque fue alrededor de las 3 pm y ahí pusimos la poderosa. Muy padre cada momento, todo fue felicidad y yo no creía que ya estuviera casada, ¡y por las dos leyes! Que si hubiera una tercera también me la aviento. ¡Y ahora sí! La fiesta. No quería que se acabara, siempre pensé que el día de la boda estaba sobrevalorado, pero sí, efectivamente, es el mejor día en la vida de alguien.

Mi ya esposo es mucho más tímido que yo, pero ese día andaba desatado, y eso para mí fue el mejor regalo, el ver que estaba tan feliz que le valía todo. Al momento de quitarme la liga su baile fue lo mejor. Yo me divertí cada segundo de la boda, fue increíble, la música no paró. El grupo Sentidos Opuestos, fregón, todo tipo de música, todos los invitados se pararon en ese momento, nadie se sentó, hicimos dinámicas, miles de chunches, los termos, las chanchlitas, letreros para fotos, diademas, globos.

Cada vez que lo platico me vuelvo a emocionar y a revivir ese día, de tan bien que me la pasé siento que voló el tiempo, pero al mismo tiempo nos rindió el día, ventaja de que haya empezado temprano. Amé mi boda, amo a mi esposo, amo mi vida y estoy increíblemente feliz de haber decidido tener una boda para celebrar con las personas que amo la decisión más importante de mi vida. Valió la pena la endeudada totalmente, creo que todas las novias dicen esto, pero mi boda fue la mejor: ¡el día, el lugar, los detalles, las personas! Deseo que cada novia haya terminado con la sonrisa con la que yo terminé ese día.